lunes, 21 de noviembre de 2011

Un lugar .

Hay un lugar, mas allá de las quebradas en la Pcia de La Rioja, allá por donde nade el río Huaco. Pasando el dique, subiendo la montaña, bordeándola, como si fueras trepando como una serpiente, abrazándola enroscándote  aferrándote … por un camino estrecho de tierra donde al pasar, partes de la montaña se despeñan en piedritas rojas, como si la montaña no quisiera ser molestada por nadie y disminuís la velocidad seguís caminando en puntitas de pié, despacito, muy despacito hasta llegar a un lugar donde el río quieto descansa haciendo un espejo perfecto que se confunde con el cielo.  Si, descansa literalmente.


Y el silencio.... es infinito…



Tal vez escuchas el aletear de algún ave a las perdidas o como juegan algunas hojas movidas por el viento , que tiene miedo de despertar al río; porque pasa sigiloso por ahí, casi imperceptible, solo sentís en la cara tibio y fresco a la vez, su suave muy suave caricia.



La altura crea una especie de vacío en tus oídos , eso que llaman apunamiento, por la presión que ejerce la altura , pero al rato, si te quedas tranquilo y te dejas llevar, la paz que inunda el lugar se te mete en el cuerpo ... dejas de sentir la pesadez de saberte un cuerpo distinto para comenzar a ser parte … si caminas descalzo sentís como se funden los pies con la tierra, sentís como la paz de ese lugar se trepa por tus piernas ... te expandís y ya eres parte de ese milagro que fuiste a ver.



Ahí, en ese pedazo de cielo, nací un caluroso invierno de 1970