Esa espuma blanca, la sorprendió, la
intrigó, quería tocarla, olerla, saborearla. Era tanta su sorpresa
que corrió como pudo a meterselá en la boca. Se olvido de todo, de
los dolores, de las incapacidades, del pasado. Le brillaron los ojos
al morder las espuma y sentir la sal en su boca, corrió, se metió
en el agua que trajo el mar, el frio no le molestó en absoluto, ni
siquiera se dió cuenta de la inmensidad que tenía delante y con la
boca abierta y los ojos felices cazó con su boca la esa espuma de
felicidad que le traís el agua. Levantó la vista y vió la
inmensidad, solo fueron unos segundos y se lanzó a correr al
encuentro de la fiereza de un mar luego de la tormenta. Las olas la
encontraban indefensa, y ella las recibió como si fuera una sirena
nacida en el mar.No hubo cansancio, desapareció el
dolor, se olvidó la tristeza de no poder caminar como cualquiera. Ya
no importaba una extremidad inutilizada por la maldad del hombre, ya
no importaba nada, ella corría, brillaba y era feliz cazando espuma
en el mar de Necochea.