jueves, 8 de marzo de 2012

Personajes

Neuquén, Junio de 2006

De chica solía pensar, que lugares como los que recorrí al fin, no existían en realidad. Siempre creí que eran el producto de la imaginación y el deseo de un mundo perfecto. Pero no, ahí están , existen, y existen las personas que conocí recorriendo mil caminos que a veces creo haber soñado.

Cuando vi a Walter por primera vez, sentí que ya lo conocía, y un baño tibio de estrellas relajo mi cuerpo entumecido de tanta realidad y de un largo viaje.

Parar en ese pueblo a cargar combustible me hizo quedarme a mirar el hábitat de todas esas aves que veía en el camino desde hacia kilometros... y ahí estaba, esperando el despertar de una nueva esperanza, esperando la camioneta que lo llevaba a su trabajo como todos los días , cubriendose del viento que soplaba de manera enojada contra nosotros empañandonos los ojos.

Incredulo se acerco y me pregunto, no! , me afirmo que yo era la chica de Bandana. Estridente fue mi risa al escuchar semejante comparación. Podría doblar a esa chica en edad y puedo usar el color rojo en la cabeza pero el naranaja no resulta de mi agrado.

Pregunto si estaba perdida, añadiendo que no era frecuente ver gente nueva en ese pueblo olvidado por Dios; y si bien, mi primer atino fué decir que sí, que estaba perdida en la vida, que no tenía rumbo que no quería volver de donde venía y que no sabía que camino tomar, le dije que el que se encontraba perdido era él, porque sus ojos cansados de la rutina no podían reconocer el lugar donde estaba. A pesar del viento que se empeñaba en hacer nebulosas las imágenes, y de a ratos se cansaba y nos dejaba quedar perplejos ante ese paisaje hermoso, montañas de picos nevados a lo lejos, valles extensos de plantas que crecían poniendose de acuerdo para concordar... piedras como edificios se alzaban a los costados del camino y sus ojos ... sus ojos no lo podían ver.

- Solo en un lugar asi puede estar Dios, le respondi y continué mirando el camino.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------

Cuando abrí la puerta del viejo cuarto de hotel, el único en el lugar, sentí el aroma a olvido, quizás sí Dios se habia olvidado de ese pueblo y desde la puerta miraba el cuarto y su disposición , básica, casi sin vida.

No había mucho que pensar, mientras las sábanas estuvieran limpias y el agua caliente, no dudaría en quedarme esa noche para seguir el camino al día siguiente.

Camino a donde? y saque el mapa del bolsito color manteca que llevaba conmigo. Lo tire en la mesita del rincón y me fui a bañar, mi cuerpo no soportaba más toda esa .... todos esos kilometros de pasado que traía conmigo, el polvo de la ruta, los pecados, los recuerdos, era mucho para seguir cargándolos.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------

Con cara de dormido, pidió un cafe fuerte en el bar de la estación de servicio, y la empleada le preguntó si estaba de noche otra vez. Creo que ni fuerzas para responder tenía porque solo asintió con la cabeza y se sentó solo, en una mesa contra el vidrio, desde donde contemplaba pensativo y soñoliento la playa de estacionamiento poblada solo de paseanderas ramas secas que el viento vaya a saber de donde trajo.

Lo contemple largo rato, mirar através del vidrio que lo separaba de esa realidad a la que se reusaba a volver , estirando cada vez mas su café con sorbos cada vez mas pequeños , sorbos que parecían besos sobre el borde de la tasa blanca.

Busque dinero en mi bolsito color manteca, el de siempre, mi viejo compañero, pagué mi café y me senté tambien cerca del vidrio y mire.

Vi el sol asomarse tímido, detrás de las enormes rocas, que por la mañana dejaban de parecer edificios para descubrir su verdad, obras de arte creadas por los ángeles.

Vi la ruta que me llamaba, serpenteando hacia el infinito ... la vi hasta perderla de vista ... allá.. a donde yo quizas me dirigía ese mismo día.

Senti su voz penetrandose en mi mente de repente.

-Largo camino hay por delante. E inmediatamente sus ojos se clavaron en los míos al atender su oración.

Asentí con la cabeza, pero sin estar segura si lo decia por mí ó lo decía por él mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario