Terminó
de leer el libro. Se pasó la noche despierta. Quizás es por eso que no sonríe y sus ojos parecen
tristes detrás del maquillaje.
Ahora
va a tener la difícil tarea de encontrar su sonrisa.
¿Qué
le pasó? Quizás quedó atrapada en el libro que aun toca con sus manos. Hay
libros que atrapan sonrisas, crean sueños, fabrican lágrimas y otros que generan
sueño.
La
ausencia en su rostro, hace pensar,
que los libros tienen vida y así como se puede llorar con uno, se puede reír, soñar,
y hasta volar con otros.
¡Volar! De chiquita
siempre quise volar y mi mamá me compró un tutú rosa y me mandó a danza
clásica. Indudablemente, aprendí a volar al son de violas y violines e infinidad
de sonrisas pero ningún libro. Esos llegaron después. Pero esto no se trata de
mí, ni de vuelos remontados y aterrizajes forzosos.
Esto, se trata de la sonrisa
innata pero ausente que dejó la habitación fría y descolorida. Esa que si brilla,
ilumina hasta la noche sin luna.
La luna, manía de los
poetas, la manipulan y la usan como a una puta. Pero no por puta es sospechosa
en esta desaparición. Habrá que interrogarla, pero buscar más cerca, no siempre
las desapariciones esconden un delito.
¿Qué
le pasó a su sonrisa? ¿Habrá quedado cautivada, en ese rincón en el que nos
acomodamos a leer lo que “queremos” y no lo que “debemos”? Tal vez acompañó a
su imaginación, se volvió ave y remontó vuelo por paisajes, rostros y lugares
donde nunca estuvo y quiso conocer. Leer, es también una manera de viajar.
Quizás se enamoró de una
palabra pronunciada. Pero ¿A dónde van las palabras dichas? Ya pronunciadas
deben ir a algún lugar, el mundo no aguantaría su peso. Existe “el almacén para
las palabras terribles” ¿Y el resto? ¿Corretean por doquier y su sonrisa escapó
con alguna?
¿Qué
le pasó a su sonrisa? ¿La
olvidó en el bazar, al comprar una lata con el rostro de Marilyn?. El gran mito
erótico de los cincuenta, tapa de Playboy y quien cantó “Los caballeros las
prefieren rubias”.
¿En
verdad las prefieren rubias? Yo crecí con el mito “las rubias son huecas”, “las
coloradas son putas”, “las inteligentes son feas”.
“Happy birthday, Mr. President…” entonó ardiente y glamorosa, con una
sensualidad tal que hizo hervir la sangre de los hombres del mundo y nos enseñó
abiertamente a ronronear.
Aunque se pueden lograr
grandes cosas con sonrisas. Las sonrisas seducen, y convencen más que las
espadas. Pero nada se compara con la pluma. Pues hay mujeres que seducen de
otra manera.
Con un libro en la mano, leyendo.
Y ni hablar de las que escriben; y si escriben poesía… ¡Oh! Sí, esas son las
peores. ¿Acaso, alguien no ha sido embrujado por la poesía de Alfonsina? ¿Quién
no se enamorarían de María Ester Rinaldi si bebieran de sus versos? Poetizas
¡Que especie peligrosa!
La radiante Marilyn, hizo poesía con su
cuerpo y su sonrisa. Haber abrazado el don de las letras y el mundo habría sido distinto. Pero naufragó en una
contradicción permanente, entre lo que aparentaba ser y lo que pensaba. Una
buena razón para aceptar que somos los
hijos de la contradicción.
¿Qué
le pasó su sonrisa? Podría formular mil hipótesis sobre donde fue a parar. Quizás
se escabullo por la puerta blanca y huyó del barrio que la vio crecer.
Para Sol
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